Al entrar en el segundo mes del año nos empezamos a sumergir en una problemática que llama la atención de nuestros queridos políticos y es la necesidad de modificar la estructura institucional del país. Atrás quedó ya “supuestamente” la crisis económica con pronósticos de crecimiento para este año entre el 3 y 5% con una supuesta disminución de los índices inflacionarios y con reservas internacionales llegando a sus máximos históricos. Para nuestros legisladores existen una serie de cuestionamientos que son “prioritarios” como una reforma política antes que una en el plano económico.
Quiero aclarar que escribir de este tema no es con la intención de convertir el blog en un medio para hablar de coyuntura política (ya hay muchos y para eso están los noticieros de televisa y tv azteca… no?) Sin embargo, el problema de la reforma política toca una de los núcleos más sensibles de la sociedad y por ende de la ciencia económica: me refiero a las instituciones.
Esta es, como sabemos un medio para que los individuos garanticen intercambios mutuamente favorables y les permita un intercambio Pareto superior que el que arian sin las mismas (bueno… eso debería de ser). Por tanto, una reforma política es necesaria porque en la medida que sus instituciones sean mas eficientes podremos vivir de mejor manera como una sociedad inmersa en este paradigma capitalista, es decir, una buena base institucional que marquen las reglas del juego es una condición necesaria para que el capitalismo funcione.
Después de esta reflexión caemos en un valle de incertidumbre para decidir cual es la reforma URGENTE o “prioritaria” en estos momentos
La reforma de tipo económico y concretamente una que modifique la estructura fiscal (y no misceláneas como las que proponen 10 veces por año) es necesaria porque como nos lo muestran los diarios locales, cada ves es mayor la evasión fiscal en nuestro país (porque será…) y aunque aseguran que esto tenderá a decrecer en los próximos años, el problema de la evasión se une a la alta dependencia de los ingresos petroleros para resistir dichos déficits.
No es que sea “Prioritaria”, es que URGE una reforma fiscal eficiente un ritmo de crecimiento sostenido y no esperanzado en los altos precios de petróleo o en el crecimiento económico norteamericano (correlación mayor al 0.9 a partir de la firma del TLCAN). Al mismo tiempo URGE una reforma política que mejore la calidad de nuestras instituciones y sobre todo URGE una serie de reformas o acuerdos que garanticen la seguridad social y el abatimiento por lo menos paulatino de la desigualdad en nuestro país, el cual como dicen muchos, deberá ser el principal reto de cara a una nueva década.
